Las estrías es una de las razones por las que muchas mujeres se sienten tan inseguras de su cuerpo. A pesar de que son tan comunes, incluso en hombres, son marcas que incomodan. No estoy del todo de acuerdo en decir que son “antiestéticas” pues sería en base a los estándares de belleza que las revistas y la televisión nos han enseñado. Lo que sí puedo asegurar es que muchas veces, las personas que las padecen se sienten mal con su apariencia.
Las estrías son el resultado de desequilibrios hormonales o de ganar o perder peso abruptamente. Las mujeres somos más propensas a ellas, por ejemplo durante el embarazo. Aunque nuestra piel es bastante elástica, a veces la producción de colágeno no es suficiente para compensar los procesos que mencionamos anteriormente.
Las zonas más propensas a la aparición de estrías son las caderas, muslos, senos, nalgas y el contorno abdominal. El lado positivo de esta situación, es que si las detectas a tiempo puedes disimularlas o detener su avance.
Fase 1
Este es el momento donde puedes combatirlas con más facilidad. Al comienzo aparecen como una línea delgada de color púrpura (porque aún irrigan sangre). Comienza a aplicar crema hidratante o antiestrías de inmediato, antes de que el tejido se rompa.
Fase 2
Continúan adoptando un color rosa y después nácar. Si han llegado hasta este punto, será casi imposible que te deshagas de ellas. Por eso es muy importante observar tu cuerpo para detectarlas en la primera fase.
De cualquier forma, hay algunos remedios caseros que podrán ayudarte a disimularlas, y que por supuesto, no son tan caros como una cirugía, inyecciones o las cremas que hay en el mercado.
Remedio casero
Tal vez estás cansada de escuchar lo mismo, pero no hay de otra. La mejor solución contra las estrías comienza en tu alimentación. Debes comer sanamente y beber mucha agua, así como realizar ejercicio regularmente. Es la mejor forma de prevenirlas. Además de eso, puedes intentar lo siguiente:
Licúa media taza de aceite de oliva virgen, un cuarto de taza de geo de aloe vera, seis cápsulas de vitamina E y cuatro cápsulas de vitamina A, y después refrigera la mezcla. Debes aplicarla todos los días en la zona afectada. No esperes que desaparezca al día siguiente, tienes que ser paciente y muy constante en la aplicación.
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