Cuando las redes sociales se vuelven en tu contra …

Las redes sociales son una de las grandes innovaciones del siglo XXI.

Es una excelente manera de interactuar con personas de todo el mundo, como las noticias se esparcen rápidamente y además son como una cápsula del tiempo para tu vida. Este último punto puede ser bueno y malo, pues debemos recordar que todo lo que se publica en Twitter, Facebook o Instagram, es visto por miles de personas. Ha habido dos casos importantes de esto recientemente, y lo ideal sería que aprendamos de ellos las lecciones que las redes sociales les dieron, antes de que nos afecten a nosotros.

El primer caso tiene que ver con Laremy Tunsil.

Tunsil era un excelente tacleador ofensivo, que jugaba para el equipo Ole Miss en el futbol americano universitario cuando se declaró candidato al NFL Draft. Se esperaba que estuviera entre los 5 primeros lugares, si no es que en el primer lugar, tenía una gran técnica y todo apuntaba a que el sería el favorito. Sin embargo, 10 minutos antes del draft, en su cuenta de Twitter, apareció un video donde él tenía puesta una máscara de gas y estaba fumando de una bombilla de cristal. Al mismo tiempo su cuenta de Instagram mostró una captura de pantalla de un mensaje de texto solicitando dinero al director atlético de su equipo Ole Miss para el alquiler, lo cual es un acto ilegal ante la NCAA.

Tunsil no fue elegido entre los cinco primeros, quedó en 13avo lugar y fue seleccionado por los Miami Dolphins, lo que le costó millones de dólares. Él afirma que fue hackeado, pero el hecho es que no había borrado el video y el mensaje de texto, y finalmente se utilizaron en su contra. Las redes sociales se volvieron en su contra  y le costó millones de dólares, así como un duro golpe a su reputación.

Un caso más reciente de como las redes sociales pueden llegar a actuar en tu contra, fue el del ex jugador profesional de NFL Fernando Bryant.

Bryant había accedido a ser el profesor y entrenador de futbol en la Escuela Cristiana Strong Rock (una escuela privada en Georgia). Veinte días después de haber comenzado, fue despedido del trabajo porque un padre de familia se puso en contacto con la escuela, de forma anónima, y  mostró una foto de él, publicada 3 años atrás, donde está con su esposa y está sosteniendo una botella de vino. Mientras que la foto pueda no resultar ofensiva o escandalosa en lo más mínimo, fue despedido de la escuela ya que los directores argumentaron que los valores de Bryant no coincidían con los valores de la escuela cristiana.

Independientemente de si el despido fue injusto o no, lo cierto es que la foto figuraba en la cuenta de Instagram del exjugador, por lo que es otro caso en el que las redes sociales pueden llegar a afectar la vida de cualquier persona.

La lección que debemos aprender de estos casos es de tener cuidado con lo que publicamos en las redes sociales, o bien lo que mantenemos en las memorias de nuestros teléfonos u ordenadores. Puede que para usted no supongan ningún riesgo, pero pueden ser utilizados por alguna otra persona para hacerle daño.

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