Seguramente tu mamá te dijo algún día que no te acostaras inmediatamente después de cenar porque “te hacía daño”. Pues resulta que como siempre, ella tenía razón.
Comer antes de ir a la cama causa indigestión y acidez, además de que no descansas igual. Cuando estás durmiendo, tu digestión trabaja más lento porque tu metabolismo entra en un estado de descanso. Y esa sensación de estar lleno toma más tiempo en desaparecer. Así que antes de ir a dormir, espera al menos media hora para digerir la comida.
También hay muchas probabilidades de que cenar tarde te quite el hambre por la mañana, especialmente si tuviste una cena alta en calorías. Y respecto a que si cenar te hace subir de peso, lo que sí sabemos es que saltarte la comida más importante del día, el desayuno, está relacionado con la obesidad. Así que no creemos que quieras hacer algo que te quite las ganas de desayunar.
Pero si siempre tienes hambre antes de ir a dormir, refuerza tu snack de la tarde y minimiza tu cena. Arma un pequeño combo de carbohidratos y proteínas de unas 250 calorías, espera tus treinta minutos y ¡buenas noches!
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