Para muchos, la pandemia fue como una alerta para prestar atención a nuestra salud mental y física. En una encuesta reciente, el 57% de los encuestados dijo que su principal prioridad este 2021 son la salud y el bienestar. A medida que nos acercamos al final de la crisis por COVID-19, muchos estamos listos para aprovechar el momento y comenzar a vivir una vida más saludable y feliz, llena de vitalidad.
Desde hace un tiempo sabemos que la obesidad incrementa el riesgo de problemas de salud potencialmente graves, como enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares, diabetes tipo 2 y ciertos cánceres. Pero también estamos descubriendo que puede aumentar significativamente el riesgo de complicaciones graves de COVID-19.
La buena noticias es que la obesidad se puede tratar de forma saludable. Es posible perder peso sin cirugía, lo único que hay que hacer es modificar los hábitos alimenticios y tu estilo de vida.
La inactividad es un factor importante en el aumento de peso y la obesidad. Los adultos deben realizar 20-30 minutos de ejercicio moderado al día. Si no puedes ir al gimnasio, prueba una caminata, nada o puedes hacer ejercicio en casa mientras. Hoy en día puedes encontrar opciones de rutinas de ejercicio online gratis.
Elige alimentos nutritivos como frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras. Evita o limita los alimentos ricos en grasas, carbohidratos y calorías. Además de un plan de alimentación y ejercicio, un médico puede recetar medicamentos para bajar de peso a fin de prevenir la absorción de grasa o suprimir el apetito.
Identifica patrones o desencadenantes que puedan estar impidiendo que pierdas peso y reemplazalos con hábitos más saludables. Por ejemplo, si tiendes a comer más cuando estás ansioso o deprimido, puedes beneficiarte del asesoramiento o de un grupo de apoyo en línea.
Los adultos, y también los niños, que no duermen lo suficiente tienen un mayor riesgo de obesidad. En general, intenta dormir 7 horas o más todas las noches.
El estrés se ha relacionado con el aumento de peso. Para reducir el estrés, prueba una aplicación de meditación o yoga o comunícate con un amigo o terapeuta para obtener apoyo. Y no olvides lo básico: dormir, hacer ejercicio y una dieta saludable.
El COVID-19 ha puesto al descubierto la necesidad de actuar sobre la epidemia de obesidad. Es una condición compleja pero tratable. Los médicos tienen un papel fundamental que desempeñar en la educación de los pacientes sobre sus opciones de tratamiento. Por eso es recomendable consultar con tu médico para conocer las opciones que mejor se adapten a tus necesidades.
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