Distribución de la grasa: ¿Qué tipo de cuerpo tienes?
Existen varios tipos de obesidad, algunos basados en la distribución de la grasa, que es originada por la forma del cuerpo de la persona, por las condiciones de las células, por la edad o el nivel. Dependiendo del criterio utilizado, la obesidad puede clasificarse según la etiología, por la morfología del tejido adiposo, y por la movilidad y distribución de la grasa.
El aumento del número de células adiposa (adipocitos), así como un aumento en el tamaño de dichas células. Un niño obeso predispone a un adulto más obeso. Se ha comprobado que 70% de obesos de 10 a 13 años siguen siéndolo cuando llegan a la edad adulta.
La obesidad puede clasificarse de tipo androide, (cuerpo de manzana) de tipo ginecoide o de distribución homogénea y se determinan mediante la medición de la cintura como del Coeficiente cintura-cadera.
La androide se caracteriza por la acumulación en la región abdominal, especialmente en la intra-abdominal, de grasa visceral profunda y también de grasa subcutánea.
La obesidad tipo androide es la más peligrosa para la salud. Las células grasas de los depósitos viscerales profundos son grandes y metabólicamente muy activas. Liberan muy fácilmente ácidos grasos a la sangre cuando son estimuladas por la adrenalina, y de este modo pueden contribuir a que se produzcan alteraciones del metabolismo de la glucosa y los lípidos, especialmente en individuos sometidos a estrés psicológico.
La obesidad tipo androide está asociada con hiperinsulinemia, resistencia a la insulina, menor tolerancia a la glucosa, hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia, diabetes e hipertensión. Este cuadro clínico es el llamado síndrome metabólico o síndrome X, y todos los síntomas implicados son factores de riesgo de enfermedades coronarias.
La adiposidad tipo ginecoide (forma de pera) almacenan grasa con más facilidad y después no le es tan fácil perderla. Se la conoce como obesidad de la parte inferior del cuerpo y como obesidad en forma de pera. El riesgo para la salud no es tan grande como el que se supone para la obesidad tipo androide. La obesidad ginecoide es más frecuente en las mujeres premenopaúsicas y no comporta un exceso de riesgo cardiovascular ni de diabetes. Se asocia con más frecuencia a osteoartritis en las articulaciones de carga, insuficiencia venosa y litiasis biliar.
Si bien un programa combinado de dieta y ejercicio puede ayudad a mejorar ambos tipo de obesidad, sin descartar que existe acumulo de grasa por cuestiones genéticas, y es más difícil reducir esas áreas.
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