De una generación a la siguiente, es un momento conmovedor cuando los familiares deciden seguir los pasos de sus padres o abuelos y donar a una causa que aman. Sin embargo, sin la orientación adecuada, muchas generaciones futuras no verán el valor de donar su tiempo a las organizaciones.
Algunas familias no creen que necesitan fomentar la retribución en sus hijos o nietos porque asumen que sus legados llegarán y donarán. Sin embargo, sin compartir tu historia y la historia de tu familia sobre la retribución a la comunidad y en otros lugares, el valor de la filantropía disminuye.
Trata de hablar primero sobre tu historia familiar, como de dónde vinieron sus antepasados y cómo su viaje los empujó a retribuir. Luego, discute cómo la familia contribuyó con sus donaciones a organizaciones benéficas.
Muchos jóvenes se vuelven más conscientes de la importancia de retribuir al escuchar su historia filantrópica. Los miembros más jóvenes de la familia también se sienten más comprometidos si tienen un historial familiar para reflexionar sobre la donación.
Ser mentor de los jóvenes siempre es de suma importancia, especialmente cuando tienes filantropía familiar para transmitir a tu hijo. La mejor manera de guiar a los niños es invitarlos a reuniones, participar en eventos de recaudación de fondos y brindarles valiosos consejos.
A través de cada evento que experimente tu hijo, hazle preguntas sobre el evento. Por ejemplo, haz preguntas sobre lo que aprendieron y pregúnteles si tienen sugerencias para eventos futuros o formas de retribuir. Estas conversaciones desarrollan la confianza del niño para compartir sus opiniones y puntos de vista.
A medida que asesoras a la próxima generación, la importancia de retribuir florece en los futuros filántropos de tu familia.
Ofrecer a las generaciones futuras la oportunidad de desempeñar un rol en su campaña de donación puede empoderarlos para trabajar en los próximos roles y liderar sus propias campañas benéficas más adelante. Cuando presentes por primera vez la idea del trabajo de caridad a los niños, ponlos en una posición donde sus deberes sean apropiados para su edad.
Además, permite que los niños cometan errores en su rol; los más grandes filántropos – como la mayoría de las personas consumadas – aprenden de lo que hicieron mal antes.
El mejor momento para alentar a los miembros jóvenes de la familia a pensar en retribuir es cuando recién comienzan la universidad o están en su último año o dos de escuela secundaria. Después de contar tu historia, pregunta por sus ideas y brinda tu sabiduría filantrópica.
Por ejemplo, un adulto joven puede querer apoyar la organización benéfica de un veterano militar este año, así que háblale sobre su plan y aconséjalo solo en las áreas en las que sienta que necesita ayuda.
Cada año, las familias alientan a sus generaciones más jóvenes a buscar formas de retribuir. Sin el empuje de sus familias, los niños pueden perderse y desanimarse. Entonces, a medida que aprenda de estas formas sugeridas para alentar a las generaciones futuras a donar, siéntete y comparte tu historia filantrópica y tu sabiduría con la generación más joven de tu familia y ve qué ideas maravillosas dan raíces.
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