Razones para Terminar una Relación Tóxica
Las razones para terminar una mala relación pueden ser muchas, pero aquí hay algunos ejemplos de por qué puede ser perjudicial permanecer en una relación tóxica.
Aunque sabemos que ninguna pareja puede tener la seguridad de que tu relación funcionará, todos queremos que dure para siempre. Sin embargo, romper con alguien no es un fracaso ni una vergüenza, y no dice nada sobre ti o tu valor como persona. Aquí hay algunas razones para terminar una relación:
Entonces, si te atreves a dejar la relación, ¿cómo sabes si es una buena decisión? ¿Qué haces cuando no hay solución? Por supuesto, cada pareja es diferente, pero hay algunas señales bastante claras de que una relación debería llegar a su fin.
Razones para terminar una mala relación
No estás enamorado
Parece obvio, pero algunas personas siguen con su pareja aunque no haya cariño. Quizás todavía no lo sepan, probablemente no quieran afrontarlo, o quizás porque la estima que sienten supera al desamor.
¿Cómo darte cuenta si este es tu caso? Puede ser porque has llegado a un punto en el que te molesta cuando habla, piensas que dice tonterías, no tienes ganas de ver ni de pasar tiempo con tu pareja, no te ríes con él/ella como antes, no quieres besarlo/besarla ni tocarlo/tocarla, etc.
No es como te imaginabas
Si tu pareja no es tan cariñosa, divertida o generosa como pensabas cuando la conociste, y hoy todavía te falta la imagen de el/ella que habías armado, quizás no estés con la persona que quieres. Puedes decirlo porque vives para esperar un cambio, y te pasas el día reprochándote esto o pensando que desearías que fuera más que eso.
¿Te das cuenta de lo difícil que lo hacemos a veces? ¿No sería mucho más fácil encontrar a alguien que sea como queremos (Nadie es 100% lo que quieres, pero seguro que estará más cerca) que esforzarnos por cambiar a la persona que tenemos a nuestro lado?
No quieren lo mismo
Ya sea en el presente inmediato o en el futuro más lejano, sus gustos y su proyecto de vida no tienen nada que ver. Por ejemplo, hablas del fin de semana y están de acuerdo. Piensas en las vacaciones y quieren cosas diferentes. Tu pareja habla de su futuro ideal y no tiene nada que ver con el tuyo. ¡Y muchos ejemplos como estos!
En pocas palabras, no les importan las mismas cosas, sus valores son casi opuestos, e incluso tienes pasatiempos comunes. Eres como el día y la noche. Y aún así, ¿quieren estar juntos?
Das más de lo que recibes
Te sacrificas por el otro, te esfuerzas por hacer las cosas que les gustan y te adaptas a su vida mucho más que tu pareja a la tuya. Desde decir no a un plan con algunos amigos, dejar de ir a una fiesta a la que tenías muchas ganas de asistir, o incluso alejarte de una persona que no le agrada.
Y tu pareja, mientras tanto, un día es la persona más cariñosa del mundo, y al día siguiente está abrumado y necesita un poco más de espacio. Hace planes sin ti o pasa días sin llamarte, etc.
¿Crees que eso es amor? Pues no, porque nos ocupamos de lo que queremos porque cuando estamos enamorados nos llamamos y porque cuando estás con alguien quieres ver a esa persona todo el tiempo. Y no, sin excepciones.
Lo negativo supera a lo positivo
Cuando ves que pelean por cosas más que por pasar un buen rato, tu relación es como una montaña rusa de amor-odio. O tal vez no te gusta cómo te trata, te hace hacer cosas que no quieres hacer, hay muchos celos, no confía en ti, te juzga, o te critica por cómo eres.
Incluso puedes haber llegado a un punto en el que se faltan al respeto, mienten, se humillan, se insultan, etc. Además, él/ella siempre quiere estar en lo correcto, nunca pide perdón, y te culpa por todo lo malo . Y aunque una y otra vez te dice que todo cambiará, al final, nada cambia.
Una señal bastante común en estos casos es que tus amigos te dicen que has cambiado mucho desde que estás con tu pareja y piensan que no eres esa persona. Pero te resistes a dar el paso de terminar.
El equilibrio de tu relación se inclina a la baja y terminas sufriendo la mayor parte del tiempo. ¿Te identificas con estos ejemplos? El verdadero amor no tiene nada que ver con el dominio, la posesión o el control.
Estás con él/ella por miedo a no estar solo
Lo primero en lo que debes trabajar es en el miedo a estar solo porque mientras lo tengas seguirás eligiendo a la persona equivocada.
Aprender a estar solo es fundamental para ser una pareja. Tienes que saber que nunca estarás completamente solo; es imposible tener una completa soledad; la gente nos rodea constantemente y, pase lo que pase, te tienes a ti mismo. Esa es la clave, para aprovechar esta relativa soledad, aprender a amar hasta que llegue el momento en que estar con alguien se convierta en una elección, no en una necesidad.
Pase lo que pase, recuerda que la otra persona no puede asegurarte tu felicidad; el único placer que vale la pena tener viene dentro de ti.
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