Estas historias han pasado de boca en boca desde hace años, e incluso han sido estudiadas por científicos y otros expertos. Pero para la decepción de muchos, está confirmado que son mentira.
En 1917, Frances Griffiths y Elsie Wright, de 10 y 16 años respectivamente, fueron fotografiadas en Cottingley en el Reino Unido. Dichas imágenes fueron usadas para probar la existencia de seres míticos durante años. En aquel tiempo, expertos fotógrafos declararon que las imágenes eran genuinas, pero fue hasta 1978 cuando James Randi demostró que no era así. Resultó que los duendes y hadas que aparecen en las fotografías eran ilustraciones perfectamente recortadas y sujetadas con hilo. Años después, ya ancianas, las primas Frances y Elsie admitieron la falsificación de las fotos.
La leyenda de “Nessie”, como se le ha apodado a esta criatura, ha existido en Escocia durante los últimos 1.500 años. Pero fue en 1934 cuando una fotografía de Ness fue publicada en el diario más prestigiado de Londres, supuestamente tomada por un respetado cirujano. Pero la mentira duró sólo algunos años, hasta que en 1994 Marmaduke Wetherell admitió haber falsificado la imagen con un juguete. La versión fue confirmada por su hijastro después.
En 1842, el doctor Griffin desembarcó en Nueva York diciendo que había capturado una sirena real en las islas Fiji. Poco tiempo después, un empresario convenció a Griffin de exhibir la sirena en su museo. Obviamente, la criatura atrajo a miles de curiosos. Pero luego comenzó a ser demasiado evidente que la “sirena” parecía el cuerpo de un mono cocido a la cola de un pescado seco. Para ese entonces, Griffin y el empresario ya habían desaparecido con las ganancias de la exhibición. Al final resultó que Griffin no era ningún naturista, su nombre verdadero era Levi Lyman y era cómplice del empresario. La “sirena” era una forma de arte tradicional que fabricaban los pescadores en Japón y las Indias Orientales.
Ray Santilli, un productor británico, transmitió un video de una supuesta autopsia secreta de un alienígena realizada por militares de los Estados Unidos. Según Ray, él había obtenido dicha grabación de un camarógrafo militar retirado. Las imágenes parecían reales, aunque no eran lo suficientemente claras. Fue en 2006 cuando el mismo Santilli confesó que el video “original” había sido dañado, por lo que contrató a algunos expertos en efectos especiales para realizar un montaje.
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