Tu forma de ser revela qué mascota debes tener
Tener una mascota que se adapte a tu personalidad y estilo de vida hace la experiencia mucho más valiosa. Todos los animales son buenos, pero no significa que cualquiera pueda cuidar de ellos. Por ejemplo, una persona ocupada no debería tener una mascota que requiera mucha atención.
Si eres leal
La lealtad que le muestres a un perro será recíproca.
Si eres paciente
Los puercoespines te espinarán al principio. Sé paciente, y pronto te conocerán y andarán como sin nada a tu alrededor.
Si eres valiente
Las serpientes son criaturas resbaladizas que no son para cualquiera.
Si eres relajado
Relájate después de un día difícil con los cariños de un gato.
Si eres musical
Los pájaros llenarán tu casa con hermosas canciones.
Si eres desordenado
Si tienes el espacio apropiado y estás dispuesto a esforzarte, puedes disfrutar de pasar tiempo con algunos cerditos, un animal que disfruta de ensuciarse igual que tú.
Si eres flojo
Si quieres una mascota pero admites que no tienes motivación para cuidar a un animal que requiera mucha atención, considera a los cangrejos ermitaños. No requieren que los saques a pasear.
Si eres ocupado
Si agendas la limpieza de su tanque y siempre recuerdas alimentarla, tu tortuga estará muy feliz sola mientras no estés en casa.
Si eres compasivo
Se puede formar un lazo muy fuerte entre los conejillos de indias y sus dueños.
Si eres nocturno
Es lindo tener un acompañante que esté despierto tantas horas como tú. Las chinchillas son nocturnas, lo que significa que están activas por la noche y duermen durante el día.
Si eres observador
Disfruta de observar tus hormigas mientras se mueven a través de túneles en tu propia granja de hormigas.
Si eres curioso
Explora nuevas cosas con tu nuevo y curioso amigo hurón.
Si eres alérgico
No necesitas preocuparte sobre el pelo de las mascotas cuando tienes un pez.
Si eres tímido
Los conejos son criaturas tímidas, los hace excelentes acompañantes para un alma tímida.
Si eres un amante de la comida
No serás el único llenando de comida tus mejillas. Los hámsters aman guardar comida para más tarde también.
