Es tiempo de hablar de Ecuador: Claudia Álvarez

Y es que este país me ha dado cantidad de emociones. Me ofreció paisajes que creí que solo existían en los protectores de pantalla, fue mi debut en el amazonas, los mosquitos devoraron mis piernas, me hablaron en quichua, viví una historia de cuasi-amor, vi un ovni..

Y fue aquí, donde una noche se manifestaron las estrellas anunciándome muy clarito y conciso qué estaba donde tenía que estar; imagínense la escena, bien lo dice el slogan del gobierno: All you need is Ecuador ‪#‎allyouneedisecuador.

Otro slogan que utilizan aquí es: Ecuador ama la vida ‪#‎ecuadoramalavida, ja! que mejor evidencia de plusvalía que sus más de 50 volcanes, de los cuales 14 están activos y más de 30 con actividad volcánica.

Han escuchado de la mitad del mundo? Pues lo encuentras aquí, en Ecuador. Cada quien lo vive diferente, pero les aseguro que todos sentimos algo estando ahí. Yo personalmente me decanto por la clásica crisis existencial y posterior comportamiento extraño durante la siguiente hora. La libre expresión de lo relativo.

Adicional, Ecuador tiene el columpio del final del mundo, un capricho modesto y personal que pude hacer realidad.

Y por si fuera poco, Ecuador tiene los mejores performance en buses que he visto en mi vida; y créanme, soy mexicana, sé de lo que estoy hablando…
Sus presentaciones sobre ruedas incluyen desde pruebas gratis hasta concursos para animar a la gente, terminando sus exclusivas exhibiciones con célebres frases como “gracias por existir” y “¿saben qué quiere el señor hoy? Que nos perdonemos”.

Ecuador, país inteligente y desprevenido que sabe conducir sin esfuerzo- y con apariencia de desorden- los menesteres del país. Herederos de un conjunto de tradiciones y amor a la selva que la incursión internacional no ha logrado destruir.
Lo que en México es hipocresía abierta, en Ecuador es insinuación talentosa, lo que en otros países es afirmación, en Ecuador es compromiso, lo que en otros lugares es seriedad, en Ecuador se dejan atenuar por la convivencia y la ironía.