¿Por Qué Nadie Quiere ser Sede de los Juegos Olímpicos 2022?

El proceso de licitación para los Juegos Olímpicos de 2022 fue un desastre para el Comité Olímpico Internacional.

Las naciones democráticas ya no están comprando el argumento de que la organización de los juegos es una sabia inversión. Cada ciudad potencial anfitriona con un gobierno democrático, para los juegos de 2022 finalmente se retiró de la puja.

Los académicos han estado diciendo durante años que la celebración de los Juegos Olímpicos no tiene sentido económico. Los costos son típicamente más grandes de lo esperado, la infraestructura necesaria para un gran evento deportivo no es lo mismo que la infraestructura necesaria para la vida diaria, y los beneficios económicos suelen exagerarse.

El último punto fue dirigido por el profesor de Santa Cruz, Victor Matheson, en un artículo de 2004 titulado “Multiplicadores de Economía y Análisis de los Mega-Eventos.”

Los organizadores olímpicos citan constantemente este tipo de estudios como una justificación de los costos astronómicos de la construcción y puesta en escena de los juegos.

Matheson sostiene que estos estudios son inexactos, y presenta un ejemplo hipotético que demuestra por qué.

Básicamente, la forma en que el dinero fluye a través de la economía normalmente y la forma en que el dinero fluye a través de la economía durante los Juegos Olímpicos es diferente. Los trabajadores locales no se benefician de los Juegos Olímpicos tanto como los dueños de los negocios. Dado que las industrias que normalmente aprovechan los Juegos Olímpicos están dominadas por empresas nacionales o multinacionales, gran parte del nuevo dinero que entra en los juegos no se quedará en la ciudad anfitriona, dice Matheson.

Al evaluar la cantidad de dinero que los Juegos Olímpicos generan en una ciudad, Matheson argumenta, que los estudios de impacto económico se equivocan porque usan circunstancias económicas normales para evaluar lo que será un evento económico anormal.

La omnipresencia de estudios de impacto económico que sobreestiman los beneficios de la celebración de los Juegos Olímpicos no es la única razón por la que las ciudades están dando la espalda a los juegos. Pero ciertamente, ayuda a que las ciudades anfitrionas tengan alguna estimación creíble de la cantidad de dinero que los Juegos Olímpicos generarían.