México dice NO a la política de Cielos Abiertos. ¿Sabes cuál es?
Por si fuera poca la conmoción nacional por lo sucedido con los 43 estudiantes de Ayotzinapa, ahora el gobierno mantiene viva la llama planeando firmar un acuerdo con los Estados Unidos, donde los principales beneficiados serían las aerolíneas extranjeras.
Por supuesto que México dice NO a la política de Cielos Abiertos. Sobre todo nuestros compatriotas que trabajan en la industria aérea o que en un futuro formarán parte de ella, pilotos, sobrecargos, mecánicos de aviación… todos se han postulado en contra de dicha política.
Tal vez no has escuchado lo suficiente acerca del tema, ya que lo sucedido en Ayotzinapa se ha llevado los titulares, pero si no sabes de qué trata aquí te explicamos. La propuesta de Cielos Abiertos trata de que, literalmente, México abra la puerta de sus cielos a las aerolíneas norteamericanas. Lo cual vendría a perjudicar el sector aéreo en general, así como la economía del país.
La política de Cielos Abiertos la adoptan ciertos países con el objetivo de expandir su mercado. De esta manera, las aerolíneas de un país pueden trasladar pasajeros y/o carga a otro, sin ninguna restricción.
El gobierno mexicano está tratando de vender esta idea al pueblo como “una magnífica estrategia de crecimiento”, un Convenio Bilateral que impactará positivamente al turismo, que bajarán los precios de los boletos, que ya no habrá demoras, ¡en fin! Pero no es así de sencillo. Lo bueno de todo esto, es que tenemos muchos expertos en aviación en México que lo están desmintiendo, y como participantes directos de la industria, están explicando lo que realmente pasaría con ese convenio, que de bilateral tiene muy poco.
El acuerdo incluye algo llamado “Quinta libertad”, lo que significa que cualquier aerolínea estadounidense puede llevar tráfico entre dos países distintos al de su origen. Por ejemplo: la aerolínea estadounidense X podría hacer una ruta Phoenix-México, cargar pasajeros en nuestro país y después volar México-París.
Un experto en aviación comenta que el costo de los boletos de avión es tan alto principalmente debido a la turbosina, lo cual representa aproximadamente el 45% del precio. Otra gran parte es debido a las tarifas aeroportuarias. Ni la turbosina ni las tarifas de los aeropuertos van a bajar, así que no espere que sus boletos sean más económicos.
Él también explica que la demora en los vuelos muchas veces se debe al mal clima o a la saturación de los aeropuertos, que ya están al límite de su capacidad, como el de Guadalajara, Monterrey o Cancún. Imagínate cómo funcionarán añadiendo todavía las aerolíneas estadounidenses. Únicamente American Airlines triplica la flota de aviones mexicanos. Imagina.
La realidad es que como en todo, debe existir la libre competencia. Los usuarios tenemos el derecho de contar con diferentes opciones, es verdad. Pero la otra verdad es que México podría no está preparado para recibir esta política todavía. Simplemente la infraestructura con que contamos no es la suficiente. Tenemos poco más de 300 aviones, comparados con los 6 mil que tiene nuestro vecino del norte. La gente clama libre competencia y claro, está en su derecho, pero ¿no crees que en el futuro la industria aérea gringa nos comería? ¿No crees que tarde o temprano desaparecerían las aerolíneas mexicanas o serían compradas por transnacionales? ¿Y qué si eso pasara, qué crees que sucedería con nuestros pilotos, sobrecargos y demás trabajadores mexicanos del sector aéreo?
Muchos dirán que las empresas mexicanas le temen a la competencia, o que ya tenemos arraigados los monopolios pues nuestra economía siempre ha sido así. Es válido también. Pero la política de Cielos Abiertos no es algo que debe manejarse a la ligera. Y en sí no se trata de huir de la competencia, sino de que ésta sea justa y en niveles equitativos, donde en verdad ambas partes resultan igualmente beneficiadas.
Ahora que lo sabes, ¿estás a favor o en contra de los Cielos Abiertos?
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