¡Haciendo jabones artesanales paso a paso!
Actualmente hemos escuchado que consumir alimentos que crezcan libres de fertilizantes y que mantengan la mayoría de sus nutrientes sin la necesidad de añadir conservadores durante su proceso de fabricación ¡es de lo mejor!, pues sin duda al adquirir productos locales u orgánicos aseguramos que éstos son frescos y de excelente calidad. Lo mismo deberíamos aplicar con los insumos que utilizamos en nuestros hogares, y ni se diga en nuestro cuerpo.
La mayoría de las marcas que obtenemos del supermercado para el cuidado personal, además de ser un tanto costosas, vienen de lugares muy lejanos, lo que significa que contienen químicos que hacen que su periodo de vida aumente para asegurar que aún cuentan con todos los beneficios que ofrecen en el envase a la hora de que el consumidor va a utilizarlos. En otras ocasiones el producto puede ser más económico pero puede que diga que está hecho a base de manzanilla y menta y en realidad sólo contiene aromatizantes y colorantes artificiales, que además de ser potencialmente dañinos, no cuentan con nutrientes.
Pero si lo que tú quieres es siempre utilizar artículos confiables, te recomendamos que vayas buscando una tiendita que venda productos naturales y de buena procedencia, o mejor aún, puedes comenzar a hacerlos tú mismo y después ser quien ponga a la venta éstos valiosísimos bienes.
Comprueba por ti mismo lo fácil y beneficioso que es el fabricar productos caseros y empieza por algo realmente sencillo que te permita reutilizar cosas que ya tienes, tal como es el caso de los jabones artesanales;
Sólo necesitas:
– Moldes para hornear o de chocolate adecuados para el tamaño de un jabón.
– Alcohol para desmoldar y para unir entre piezas de jabón (de preferencia evitar el alcohol ya que puede irritar la piel de algunas personas. Otra opción para desmoldar es usar vaselina).
– Glicerina sólida transparente u opaca, la puedes conseguir en tiendas de manualidades.
– Tazas de cerámica para derretir en microondas, o pequeños recipientes metálicos para derretir en estufa.
– Estufa u horno de microondas.
– Colorantes vegetales, aromatizantes y brillos para adornar, pero es mucho mejor utilizar plantas, flores, semillas y granos naturales para decorar y obtener nutrientes.
– Otro material de cocina como palitos para mezclar, tabla, cuchillo, trapos, etc.
– Vitafilm (plástico de cocina para envolver los jabones).
Una vez que tienes todos los ingredientes, haz pequeños cuadritos de glicerina y ponlos a derretir por el método que más te convenga (microondas de 10 en 10 segundos o estufa hasta que la glicerina se derrita en su totalidad). Al mismo tiempo y con mucho cuidado ve aplicando alcohol o vaselina en las paredes de tus moldes. Si el molde es de silicón no necesitas agregar nada ya que se desmolda fácilmente.
Cuando la glicerina ya se derritió espera a que ya no esté tan caliente (alrededor de 45 segundos) y mézclala con los ingredientes machacados que hayas elegido para tu jabón (pétalos de rosas, avena, azúcar, chocolate, etc.) o en su defecto con unas gotitas de colorante y de aromatizante.
Vierte el contenido aún líquido en los moldes y espera a que enfríe unas 3 horas. Entre más grande sea el molde más debes esperar. Cuando el jabón se sienta totalmente firme desmolda y fórralo a la perfección con el plástico para que no pierda humedad.
Ojo! Si te va sobrando glicerina de diferentes colores e ingredientes puedes irla colocando en otro molde cuando aún esté derretida para aprovechar todos los recursos. Créeme el resultado será de igual manera increíble.
Recuerda que si utilizas ingredientes naturales debes usar el producto lo antes posible para aprovechar sus propiedades y ahí tienes, que cosa más segura, fresca y nutritiva para nuestra piel que algo que preparamos en nuestra casa. Son ideales para montarlos en canastas y venderlos o regalarlos.
Gab.
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