El verano es la época del año en que los niños esperan días libres de escuela y pasan tiempo con la familia y los amigos. Sin embargo, los adultos deben tener en cuenta la seguridad cuando se trata de divertirse. Solo en 2016, más de mil niños murieron en piscinas de patio y espacios abiertos. En el mismo año, muchas estimaciones dicen que otros siete mil niños fueron hospitalizados debido a incidentes de ahogamiento casi fatales. Esto pone la seguridad de la piscina en la parte superior de nuestra lista.
La regla número uno siempre esté presente un adulto nadador experimentado cerca de la zona de diversión. No confíes en que los niños mayores supervisen a los más pequeños, ya que se distraen muy fácilmente. Además, un niño pequeño en apuros puede jalar a un niño más grande consigo. Segundo, asegúrate de designar al menos uno, preferiblemente dos, adultos responsables para ser observadores del agua. Una vez más, querrás rotar a las personas en esa posición cada quince o veinte minutos, para que no se aburran ni se distraigan.
También es crucial enseñar a los niños que nadar en aguas abiertas es diferente a nadar en piscinas. Los cambios en las profundidades, las corrientes, el terreno irregular e incluso los posibles encuentros con la vida marina deben discutirse a fondo antes de ingresar a las aguas. Imagínate lo que sucedería si tu niño pequeño ve una medusa por primera vez y no supiera el peligro de su picadura. Además, entra al agua con tus hijos y asegúrate de que sepan qué tan fría está, qué tan buena o mala es la visibilidad y práctica hacer que floten sobre su espalda hasta que ambos estén cómodos con su nivel de habilidad.
Los nadadores débiles y los niños pequeños siempre deben llevar un chaleco salvavidas cuando estén en aguas abiertas. Esto incluye cualquier viaje en bote, motos acuáticas o cualquier otro tipo de embarcaciones. Asegúrate de que tus hijos sepan qué esperar si ocurre el peor de los casos. Querrás que sepan qué tan fría es el agua, qué tipo de visibilidad experimentarán y que cuanto más se relajen, más fácil será para ellos flotar sobre el agua y tener confianza en que tu vendrás por ellos.
Tómate el tiempo para enseñar a tus hijos a nadar. Si no confías en tus habilidades, llévalos a clases de natación, o mejor aún, únete a ellos en la clase de natación. Además, la mayoría de las asociaciones de salvavidas no recomiendan flotadores de brazos durante más de una temporada, ya que le darán a su niño pequeño la falsa sensación de que saben nadar cuando no lo hacen. Es por eso que el mejor factor disuasivo para los accidentes en el agua es la educación y seguir las reglas de seguridad.
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