Enseñar a los niños a conservar el agua es una de las formas más sencillas de ayudarlos a comprender como pueden contribuir a cuidar al medio ambiente a nivel personal. El lago Mead está en su punto más bajo y muchos lugares de la costa oeste de los Estados Unidos sufren escasez de agua. Con las sequías cada vez más frecuentes, los gobiernos locales y estatales obligan a millones de personas a encontrar nuevas formas de conservar este recurso vital.
Los adultos pueden estar al tanto de los esfuerzos de conservación que se llevan a cabo en el hogar y la oficina, pero deben enseñar a sus hijos a ayudar en este esfuerzo. Desafortunadamente, si no se comparte información con los miembros más jóvenes de la familia, puede dañar el hogar y la comunidad.
Marques Larabie es un profesional de la industria de perforación ambiental y geotécnica que se considera un experto ya que ha trabajado con recursos hídricos durante más de 20 años. Utilizando su vasta experiencia y conocimiento, creó una lista de las principales formas en que los niños pueden conservar el agua. Los siguientes consejos incluyen algunas de las formas más fáciles en que los adultos pueden enseñar a los niños a cuidar el agua.
Primero, cuando jueguen en la piscina, limiten las salpicaduras. Los adultos deben explicar a los niños cómo el agua es esencial para todos los seres vivos. Entonces la idea de mantener el agua en la piscina para no desperdiciarla y guardarla para otros organismos vivos tendrá más sentido para ellos. Además, los niños sin piscina pueden refrescarse al aire libre cuando el aspersor está en uso para el césped u otras plantas.
Otra forma sencilla de enseñarle a los niños a conservar el agua es enseñarles que reutilicen un vaso designado o una botella de agua reutilizable para beber agua todos los días. Al reducir la cantidad de vasos utilizados, se perderá menos agua ya que no es necesario lavar tantos al final del día. Al dar agua fresca a sus mascotas, los adultos deben enseñar a los niños a verter el agua vieja en los árboles o arbustos en lugar de tirarla por el desagüe, y si es su trabajo bañar a las mascotas, instruir a los niños para que lo hagan al aire libre, donde el césped necesita agua.
Al lavarse las manos, la cara o cepillarse los dientes, los niños deben tener el hábito de cerrar el grifo hasta que lo necesiten. Por ejemplo, pueden abrir el agua para conseguir las manos o el cepillo de dientes primero, pero luego cerrar el agua cuando se enjabonan las manos o se cepillan los dientes. Abrir y cerrar rápidamente el grifo solo al principio y al final de estos procesos ahorrará cientos de galones de agua cada año. Además, cuando las personas acortan sus duchas incluso en uno o dos minutos, pueden ayudar a sus familias a conservar aún más agua.
Lavar los platos a mano es otra oportunidad para que los adultos puedan enseñar a los niños a ahorrar agua. Simplemente pídanle llenar un recipiente con agua de lavado, otro con agua de enjuague y cierra el grifo. Evidentemente, esta forma de lavar los platos ahorra toda el agua potencialmente desperdiciada si el grifo se deja abierto constantemente. Estos son solo algunos ejemplos que todos pueden usar para enseñar a los niños cómo conservar el agua en su vida diaria para ayudar a su medio ambiente personalmente.
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