B95: El ave de la luna
Desde que me enteré de la historia de B95 tengo la secreta esperanza de que en alguno de mis viajes, me encuentre con este especial personaje; un pájaro de apenas 200 gr, perteneciente a la familia de playeros rojizos, que cada año llegan a la Patagonia desde el Ártico. ¿Por qué específicamente uno de sus ejemplares ha cautivado a tantos viajeros?
He aquí su historia.
En el año 1995 durante una expedición en tierra de fuego, Argentina; la bióloga Patricia Gonzáles capturó al B95. Con el fin de estudiar su comportamiento, tomaron 460 playeros rojizos y les colocaron una banderilla anaranjada en la pata izquierda; ese color significa por convención internacional que ha sido anillado en ese país.
Su nombre proviene por el año en que fue marcado y “B” simplemente porque fue el segundo en ser capturado.
Cada año, estas aves posan sus pequeños cuerpecitos durante sus escalas, sufriendo fantásticas mutaciones para encarar la supervivencia, preparándose para una de las migraciones más espectaculares. Vuelan entre 6 y 8 días sin bajar a la tierra, sin alimentarse, sin tomar agua, sin dormir, o al menos sin el sueño tal como lo conocemos nosotros. Una maravilla de la naturaleza.
Una de sus principales escalas es en la bahía de Delaware, EUA. Es la última antes de llegar al Ártico, donde la comida es escasa, por lo que necesitan estar muy fuertes. Su principal alimento es el cangrejo herradura, el cual está siendo arrasado para venderlo al mercado japonés, arrebatándoles a estas aves su recurso básico para sobrevivir.
A partir del 2000 su supervivencia se vio afectada principalmente por problemas ambientales reduciendo su población a menos de la mitad. Se calcula que cada una de estas aves no supera actualmente los 8 años de vida.
Pero B95 tiene más de 20 años.
Y fue ahí, frente a la bahía de Delaware, donde la bióloga se reencontró con B95, casi protagonizando un romance discontinuo.
Ahí, a las 11:45 de la mañana lo encontró después de muchos años sin avistamiento. Fue una enorme sorpresa porque, con la frialdad que nos brinda la distancia, B95 debería haber muerto hace tiempo, es como una persona de 100 años. Ha volado a lo largo de su vida más de 600,000 km, más lejos que la distancia de la tierra a la luna, por eso la gente comenzó a llamarlo poéticamente “el ave de la luna”, volviéndose fuente de inspiración para un libro cuyo título en inglés hace referencia a este apodo, “The moonbird”.
Este pajarito se convirtió en una celebridad por su enérgica determinación contra viento y marea para aferrarse a la vida, y yo me declaro una ferviente admiradora de esta clase de seres vivos.
Así que también fui víctima de la historia de B95 cuya grandeza nos señala nuestra estatura ante el mundo, mostrándonos la inexistencia de fronteras y dependencia de los unos con los otros.
Su aleteo en cualquier lugar del planeta sigue inspirando vida.
Artículo escrito por: Claudia Álvarez
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